Después de la letra el Análisis:
De nuevo solos tú y yo. Un lago y una canción
Echo de menos oír tu voz, una estrella te eclipsó
Los momentos que no volverá a sentir tu piel
En mis brazos yo te tuve ayer,
Hay tantas cosas que te quiero decir, acércate
A veces siento al despertar como un susurro, tu calor
Ella no deja de pensar que un día te encontrará
Cógeme no me dejes marchar
Quiero sentarme a tus pies
En mis brazos yo te tuve ayer
Hay tantas cosas que te quiero decir, dime por qué
Solos tú, tú y yo; una guitarra, el lago y una canción
Solos tú, tú y yo; ahora ya te puedo decir adiós
De nuevo solos tú y yo un lago y una canción
Echo de menos oír tu voz, una estrella te eclipsó
Segundo tema del
primer disco de Mago de Oz con título homónimo. El lago es una de las mejores
canciones por su aparente contenido tan solo amoroso o romántico, sin embargo
esconde un dolor intenso en una historia de tres con un final esperanzador en
la búsqueda de la felicidad de la familia.
En el tema hay un reemplazo de significantes por personas,
tal cual vemos en el comienzo un lago y
una canción, refiriéndose a ella y
él. Pero los sitúa en la soledad. Un lago, una gran superficie de agua quieta. El
agua el símbolo de la vida, pero sin movimiento, sin ruido, sin sonido; he ahí el
primer ítem. La canción, la voz, el aliento, el esfuerzo sonoro que llama al
agua triste a animarse y recobrar vida, pero solos; “la canción que no es” podríamos
decir porque no parece estar completa, que le falta algo ya que están en
soledad. “De nuevo solos tú y yo. Un lago
y una canción / Echo de menos oír tu voz, una estrella te eclipsó”
Sigue diciendo que extraña la oírla (a ella-lago) y cuenta
como un suceso le quito la luz, la alegría, pero el suceso, “eclipse” fue por una estrella. Una estrella puede iluminar tu día, tu vida, es
grande y colma de energía; se siente cuando no está o cuando hace falta. Aquí nos
ponemos en presencia de la verdadera ausencia, ya sabemos a qué se refiere
cuando repite “solos tú y yo”.
“Los momentos que no
volverá a sentir tu piel / En mis brazos yo te tuve ayer,” aquí comienza un dialogo con la
estrella (la ausente), habla la canción de no volver a sentir piel y en brazos te tuve ayer; sentir la piel lo dice
con el más sincero amor fraternal y de contacto existencial, que ya te tuve presente
conmigo. En esta parte puede ser que: la realidad fuese tal como lo explica o
que sea en sentido metafórico de que estaba casi presente, en el instante próximo.
Continua en el último verso del primer párrafo haciendo una invitación
a que escuche lo que tiene guardado hace mucho y que necesita
como la existencia misma contar.
Cuando hay algo en nuestra cabeza que es de suma importancia,
es nuestro primer pensamiento en las mañanas. “A veces siento al despertar como un susurro, tu calor” el calor de
la vida, de la presencia. Y aquí la verdadera frase que proclama el dolor de la
perdida no aceptada por la dura tristeza que sumerge en silencio al lago: “Ella no deja de pensar que un día te
encontrará”. Que hermoso sentimiento, por más que este callada seguirá en la búsqueda
de su estrella y no solo en el camino de la búsqueda sino que finalmente la
encontrará.
Y se viene lo fuerte, en el anhelo del dialogo imagina un
grito de auxilio y un deseo profundo de la estrella, que es seguir sus pasos de
cerca. “Cógeme no me dejes marchar/ Quiero
sentarme a tus pies” desgarradora imagen que no se concreta, pero que la canción
responde con el: yo también estaba ilusionado con nuestro encuentro “En mis brazos yo te tuve ayer” compartir
la vida decir tantas cosas en el durante, mirar hacia ningún lugar implorando
la respuesta: que alguien me diga el porqué. “Hay tantas cosas que te quiero decir, dime por qué”.
Uno de los mejores momentos, la tristeza resuelta. Lo evitado
fue nombrado y salió a la luz. La alegría rara que provoca decir lo que es
callado por el dolor. “Solos tú, tú y yo;
una guitarra, el lago y una canción” una guitarra para completar la canción
de la vida, la estrella es la música. La guitarra es la estrella en la canción.
Lo profundo que es repetir la palabra de lo que se añora pero que nos ata,
soltarse. Soltar las penas, algo muy difícil en estado de depresión conjunta
con la pareja. Soltar y decir adiós, superar. Superar que no es olvido. “Solos tú, tú y yo; ahora ya te puedo decir
adiós” lo emocionante de decir adiós:
la fuerza, la esperanza y el coraje que hay que tener para hacerlo; es
admirable.
Concluye esta apasionante canción, de ahora en más vuelven a
ser los que eran y con la fuerza con la que soltaron a la estrella seguir
unidos, con ausencia que no hace falta eliminar pero si recordar aunque ya de
otra manera “De nuevo solos tú y yo un
lago y una canción / Echo de menos oír tu voz, unas estrella te eclipsó”. Aunque
tu silencio sea de procesión estamos y seguiremos juntos.
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