Versadas al Paso / La bebida como compañía

 



Un café caliente en nuestras manos frías

Un té solitario en reflexiones

Un mate amistoso

Una cerveza helada, risas y música

Un zumo en las mañanas frutadas

Un licuado en los atardeceres

Una compañía líquida

En nuestros quehaceres

Cotidianas pociones

Vívidas compañías desde antes

Desde antes de la soledad

Desde siempre de los presentes

Un momento para agradecer:

A nuestras compañías,

A nuestras bebidas.

Melodías de Raíces al Mar



 

Un piano desordenado sonando en la musicalización del silencio, las palabras sobran en este universo de versos incompletos, sin sentido y sin corazón.

Con un xilófono de madera libero endorfina, la flauta pone de manifiesto su verso símil zodiacal de las doce notas ejecutadas por un pájaro carpintero, que llega del fuego del sol de hielo para llenar tu corazón del vacío original.

Millones de aves vuelan de noche, avivando el titilar de las estrellas del fuego resplandecientemente muerto. Muertas nubes negras riegan mis verdes pasos, mis secas ramas y mis enardecidas raíces, que rogando se escabullen para arribar al mar, de donde nació la vida.

Una gran explosión subacuática liberó aminoácidos crujientes hasta el día de hoy o de ayer, pues mañana la gran inundación de fuego y rigor devorará la especie que se come a sí mismo.

Una persona se sacrificará, una persona sobrevivirá, una sola -indivisible- será testigo del constructor universal que es el amor simbiótico y equilibrado de las superespecies llenas de vida comunitaria, quien es presa del cazador que también es presa y agua y equilibrio y autorregulación y verde vida y marina vida y aire puro de plumas y celeste cielo claro y tímido sol que no lastima.

Una erupción es celebrada, un terremoto sacude las vidas, unas melodías con otras melodías y cantos y otros cantos de gargantas que silban y rugen y relinchan y cantan al amor y la unión de notas que corean al universo y es vida y movimiento y canto y crecimiento de las raíces que vuelven al mar.

Y no se comen, ni se consumen, se alimentan y balancean; entre la vida y la vida ya no hay esperanza porque tampoco hay pasado que espanta, ni fantasmas que termitan nervios corroídos, ni metales fundidos, ni fósiles exportados, ni humos contaminados, ni aberración a la vida.

Ese indivisible testigo morirá, sabiendo su saber que de nada sirvió servirse a sí mismo sin hacer caso a los mismos sismos que barrieron sus cimientos, únicos simios sucios y egoístas, animales con nombres nunca hombres, nunca evolución solo polución.

Y así será, hasta la gravedad caerá y el universo no existirá, salvo en solo un verso que hace rimar que en cada pupila que mira al mar y de cada montaña desde la cima: rima amor con vida y volver a empezar.

Sentir Belén

Alma que no conozco, La siento tan hermanada De sensaciones en cascada: Hablo de rastros imperdurables En caminos intangibles, ...